Alberto: Pero ¿por qué a él?
Marcial: ¿Cómo que por qué?
Alberto: Hay cientos de militares...
Marcial: Bueno ellos cumplían órdenes.
Alberto: Sí, claro, finalmente el único culpable es él, como si hubiera bajado de la luna y en un segundo los transformó en asesinos.
Marcial: No te entiendo, ¿Lo estás defendiendo o qué?
Alberto: No, claro que no, pero a veces me parece que en esto tenemos culpa todos, incluso nosotros.
Marcial: Las tonteras que estás diciendo.
Alberto: Es una locura, Marcelo. Nos estamos convirtiendo en verdugos.
Marcial: Te quedaste mucho tiempo afuera.
Alberto: Y tú, mucho tiempo adentro.
Cicatriz (1997), Sebastián Alarcón.
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Sargento Zúñiga: Si tuviéramos que hacer todo de nuevo, muchacho, lo haríamos otra vez. La gente es muy hipócrita, ¿o tú crees que yo inventé todo eso? A su orden, mi coronel, como usted mande, señora, vieja rechuche' su madre. Si estábamos todos locos... Uno hizo el trabajo sucio y ahora, ¿dónde están? Ahí, ahí en sus casitas, y uno cagándose de frío en este cerro de mierda.
Amnesia (1994), Gonzalo Justiniano.
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Enfermero: ¿Y qué tanta huevada es tocar fondo, ah?
Aníbal: Harta huevada, harta huevada. Se montaron las mejores minas, se caficharon a los milicos, se marearon con los galvanos y las copas, huevón y por eso cagaron. Como siempre les fue bien, perdieron la mística, se olvidaron de la huevada más importante, huevón: la pasión.
Enfermero: Linda la huevada. Ahora resulta que hay que ser fracasa'o pa' ser caliente.
Aníbal: Vos no entendí na'. El que nunca fracasa, nunca aprende na', huevón.
Enfermero: Puta que hablai bonito, compadre. Lástima que hablai pa' puro quejarte no más. ¿Sabís lo que pasa? Se quedaron en el Chile del pasado. Pobretones fracasados...
Aníbal: Y ustedes vendieron la pasión y la cambiaron. ¿Por qué? Por un estadio huevón. ¿Cómo te quedó el hoyo, chuche' tumadre?
El Hombre que imaginaba (1998), Claudio Sapiaín.
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Luis Alberto: Ah claro, ya veo. Para ti este país no puede tener ningún atractivo. Claro, claro, pero lógico: es mucho más agradable vivir en Roma o en París que estar metido aquí, en este país subdesarrollado, lleno de problemas, que si no es la inflación, es la cesantía, y ahora último la delincuencia... Sí yo te entiendo muy bien, claro. Es mucho más agradable turistear en Ámsterdam o en Venecia. Pero claro que sí. Lo que yo me pregunto es cómo va a salir adelante este país si todos deciden arrancar a la primera dificultad...
No tan lejos de Andrómeda (1999), Juan Vicente Araya
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Asunción: ¿A cuántos mataste en tu vida, viejo maricón? Y supiera usted cómo gozaba cuando supo lo del golpe. Corrió al ropero, sacó las botas: yo lo vi, se puso las botas, ¿te acordai viejo?, la guerrera, y se puso la gorra. Se convirtió en otro hombre, en un hombre que sólo quería ver correr sangre. Si no me cree, mire la pared. Hasta que un día empezó a soñar con los muertos. Un día cayó a la cama y comenzó a delirar.
(...)
Mola: Sin rencor. Lo pasado, pasado, señor. Bueno, dígame, ¿cómo va el informe?
Arón: ¿Qué informe?
Mola: No, usted no me hace huevón ¿No ve que yo conozco sus expedientes, porque me los mandó la Central?
Arón: No sé de qué me habla.
Mola: Ya, pues. Sabe perfectamente de lo que le estoy hablando. De esa mierda de informe que van a publicar todos los diarios del mundo y que va a ir a parar a las manos de los comemierda de los derechos humanos, acusándome, acusándonos, de criminales ¿Sabe? ¿Quiere que le dé un consejo? Regrese de donde vino, váyase a su invierno. Usted ya no es de aquí, váyase, váyase de vuelta a Europa, allá a darles lástima a esos intelectuales fracasados, que no saben de su propio destino, entonces salen a buscarlo lejos, y además no tienen idea de lo que pasa aquí...
(...) No me huevee, pues amigo. Usted ha vivido 20 años sin acordarse de nadie y ahora tanta investigación, tanto informe. ¿No se da cuenta de que los que están detrás de usted son los mismos que ordenaron o aceptaron la muerte y la tortura? A usted y a mí nos jodieron, mi amigo. Usted me acusa a mí, y yo trataré de liquidarlo a usted, pero, ¿qué pasó con los que mandaron, orenaron, idearon y planificaron todo? Sólo un pobre diablo como yo sigue siendo culpable. Ellos se quedan con la conciencia y las manos limpias, sus cuentas, sus bancos, sus Congresos, sus púlpitos y sus cuarteles.
Los Náufragos (1994) Miguel Littin.
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Toño: Adentro la gente tiene otra mentalidad, loco. Son todos ganadores. Aquí desde que nacimos estamos sobrando.
Rorro: Loco, aquí estamos los que chorrean, los que chorean y los que esperan el chorreo ¿cachai?
Nacho: Somos privilegiados, huevón, privilegiados. No tenemos na’ que perder, pu's huevón.
Caluga o Menta (1990) Gonzalo Justiniano.
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Una buena película, para entender por qué seguimos sin saber dónde está el amor.
Porque el amor une.
Integra
Comprende
Respeta
Ríe
Vive
Libera
Y viendo esta película queda claro que no sabemos aún...
11 directores, 11 historias,
1 film
11 minutos, 9 segundos, 1 imagen: 11 de septiembre
Ken Loach, director inglés, a cargo del segmento de Inglaterra, ganó el premio FIPRESCI del Festival de Venecia el año 2002 por su historia. La de un exiliado chileno, Vladimir Vega.
“Queridos familiares de las víctimas: otro 11 de septiembre, de hace 29 años, otros enemigos de la libertad aplastaron por la fuerza a nuestro gobierno, con el apoyo del suyo. El próximo 11 de septiembre pensaremos en ustedes, y les pedimos que hagan lo mismo por nosotros."
