http://www.makepovertyhistory.org - Captcha mental -: la oscuridad que ilumina

lunes, agosto 13, 2007

la oscuridad que ilumina

Una película basada en un libro de Philip K. Dick siempre puede ser interesante. “Blade Runner” cumple con ésta y otras expectativas, haciendo creíble lo increíble y conjugando lo que muchos directores han querido, sin obtener el éxito esperado: un contenido profundo sin insistir en lo evidente, en un escenario de ciencia ficción. Pero “A scanner darkly” es de esas películas que te gustan sin tener esa mágica y perfecta conjugación. De esas en que esperas que el cine esté vacío, sin justa razón.

Diría que más que historia, es una sucesión de anécdotas que esconden un mensaje -más profundo y que quizás para algunos, puede verse perdido entre tanta volada- acorde con el futuro cercano que, de algún modo, ya estamos viviendo. Ambientada en una sociedad hipervigilada con cámaras de seguridad -suena conocido, no?-, donde todos se ven sometidos a un scanner del cual todos ya saben y lo aceptan debido a la epidemia de adictos a la sustancia D, una droga dura y masiva – bastante conocido, ya lo ven- que la policía pretende controlar a través de infiltrados que usan trajes especiales para no ser identificados. Uno de ellos, es el personaje de Keanu Reeves, quién se involucra en un hilarante grupo, en que las interpretaciones de Robert Downey Junior y Woody Harrelson representan fielmente a quienes uno se puede encontrar - que abundan en la “real” realidad si uno empieza a buscar- y que sacan carcajadas, sobre todo este último.

Me he encontrado con algunas personas que la han visto y lo primero que mencionan es la imagen – fue realizada en animación rotoscópica-, algo parecido a como se ven las imágenes vectorizadas, pero lo principal es que es más que esa notoria textura. Una película que pone a la ética y el cuestionamiento al poder, en sutiles escenas, sin conclusiones morales obvias, aun cuando algunas otras podrían obviarse. La sensación de existir en la rutina y el vacío constante, dosificadas en claros pasajes de la película y el riesgo de entregar lealtades en una realidad con momentos absurdos y personas sin sentido -literalmente- donde ya muy poco asombra -¿pasa no?- y con un final casi concluyente, de que en la burbuja muchos están, porque así lo eligen. Y porque así lo quieren.

Además, notable banda sonora y una joyita de Thom Yorke, al final.