http://www.makepovertyhistory.org - Captcha mental -: febrero 2010

lunes, febrero 08, 2010

the story of life: Anvil

Metallica ya actúo en Chile. Miles de fanáticos corearon sus antiguos y nuevos éxitos en el Club Hípico de Santiago. Ellos, en gira, saben que miles de fans en el mundo los siguen y los esperan, a pesar de los años, fieles. Pero ellos claramente no son los únicos en este estilo tocando lo que saben hacer. Son sólo parte del selecto grupo de quienes lograron el éxito y pueden morir con el sueño realizado. En el camino, siempre y todos sabemos, que quedan muchos anónimos. Y otros que no tanto, gracias a su particular historia.

“Anvil, The Story of Anvil” (2008) es un documental que cuenta la historia de un grupo canadiense de rock metal que a mediados de los ’80 compartió escenario con WhiteSnake, Bon Jovi y Scorpions en el Súper Rock Festival de Tokio (1984). Allí estaba presente Sacha Gervasi, autor de este documental, quién en esos momentos sólo era un roadie y claro, un fan de Anvil.

Actualmente, Sacha Gervasi es periodista y ha trabajado como guionista en películas como La Terminal de Steven Spierlberg. Anvil, no es el mismo de esos gloriosos años. Lejos de la influencia que tuvieron para los hoy grandes grupos como Metallica, Motorhead, Anthrax, Slayer, hoy Steve “Lips” Kudlow y Bob Reinner, los únicos miembros originales que quedan de aquella banda de mediados de los ochenta, siguen intentando tocar el cielo con las manos, pero con trabajos de 9 a 6 pm para poder comprar el pan y repuestos para los instrumentos.

“Anvil, The Story of Anvil” es el documental de la vida. Y no exagero, porque todos sabemos que no siempre el talento tiene premio ni menos reconocimiento. La aventura de rockeros ilusionados por alargar -para algunos de forma patética y para otros heróica- esos 15 minutos de fama de antaño, hoy con familias a cuestas y esposas y parientes que parecen haber pisado la tierra mucho antes que ellos.

“Anvil The Story of Anvil” traspasa la barrera de un mero documental de rock. O más bien es un documental “ficcionado”. Las escenas han sido elegidas con pinzas y con un ritmo que incita a la empatía con la banda. Dan ganas de decirles a todo el mundo que han estado equivocados por más de veinte años en no haberles prestado atención. Es el registro del angustiante camino por tener lo que quieres y por no ahogarse en la realidad habitual, de cualquier padre de familia, de cualquier esposa, de cualquier pacto adolescente con el eterno sueño: ser rockeros como profesión y tener una multitud fiel a la espera de corear tus temas.

Por eso este documental es único porque no es sólo para metaleros, ni para rockeros.

Este documental es para la vida entera.