http://www.makepovertyhistory.org - Captcha mental -: octubre 2004

sábado, octubre 23, 2004

¿Cómo Nace un Paradigma?

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas.
Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.
Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a palos. Pasado algún tiempo, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos.
La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.
Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.
Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: "No sé, las cosas siempre se han hecho así, aquí..."
¿Te suena conocido? No pierdas la oportunidad de pasar esta historia a tus amigos, para que, de una o de otra manera, se pregunten por qué están golpeando ....y....por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si a lo mejor las podemos hacer de otra.
"Es más fácil desintegrar un átomo que un pre-concepto" - Albert Einstein.

estuvo online alguna vez... en sobras.com

(sin título)

Cuando escuchas las canciones ochenteras sientes de alguna forma que son lejanas, pero por ejemplo los éxitos de los '90, que todavía sientes que los tocan seguido en la radio y te das cuenta que ya forman parte de los llamados clásicos, entonces te das cuenta que de verdad lo que sientes que pasó hace como dos años máximo, ya ha traspasado la barrera de los 10. Sí, es verdad a mi también me pasa esto, que acabo de escuchar en un programa de la radio. Y sí la pena me embarga al igual que al conductor que dijo esta frase.

Con esto no quiero decir que me siento vieja (sería ridículo) pero cada vez que lo pienso, tengo la claridad que mientras más avanza el tiempo, más me fijo en detalles cursis, como por ejemplo, lo fugaz que es el día, lo entretenido que es juntarse con los amigos, que emocionante es que te dediquen una canción, que hay que aprovechar cada minuto que vives y bueno todas esas cosas que antes ocurrían sin que tu mente repara en ello.

Quizás sea por que mientras más grandes (y más conscientes supongo) de la vida somos, más queremos aferrarnos a ella, porque son tantas las infinitas posibilidades que se nos ofrecen para disfrutar la vida o pretender ser felices, que al final terminamos por no entender nada y quedar a medias en todo.

Sí, a mi me pasa eso. Puede que algunos me digan: ¡Mujer son las hormonas, andas extremadamente sensible!, pero sé que a algunos hombres (o quizás sólo los que se atreven a contarme sus rollos existenciales vía email o Messenger) también les pasa lo mismo. Me voy en la profunda demasiadas veces.

Antes era cada vez que veía alguna película, de esas que después de la escena final y que comienzan a aparecer los créditos, te quedas en el asiento, con mirada pérdida y "analizando" tu alrededor en perspectiva melancólica frente al mundo. Pero en el último tiempo este estado se agrava (al igual que el cansancio matinal) y aparece en todo momento. Paro las revoluciones en que uno funciona durante el día, y me detengo a ver, y a verme en el mundo. ¿Y qué concluyo?, que cada día pienso en como vivo y no coincide con lo que creo debería ser.

Suena pesimista, melancólico y hasta puede parecerse a los típicos mensajes anarquistas contra el sistema imperante y que nos va alienando como máquinas y bla. Hay ratos, días, semanas y hasta meses en que uno está demasiado contento, feliz y conforme con todo. La vida funciona, vas por la calle y ves puras sonrisas, aunque todos te miren como bicho raro. Pero hay otros en que todo parece estar en contra tuyo, desde el perro que te sigue por cuadras con su mirada pedigüeña y desafiante, hasta el monólogo insufrible de tu amiga que te cuenta sus penas sin reparar en que cada día te repite lo mismo.

Y son esas veces en las que a mi mente llega el consuelo típico de: "que lindo era todo antes, todo más fácil, no había que estudiar nada, la comida era mejor, los amigos menos cuáticos, la gente menos loca, los monos animados más entretenidos y sanos, que los pendejos están cada día más barsas" y frases así que en resumidas cuentas no se las cree nadie que las piensa dos veces.

Nada fue mejor antes, ni tampoco lo será después. Lo pasado es lo único inmóvil, existente, fijo e incondicionalmente cierto en nuestras vidas. Concreto, sin cambios (aunque millones de veces no quisiera que fuera así). Pero bueno la ficción es inherente a nosotros, y que más da un repentino alzheimer de todas las penas, llanteríos, maldiciones, caídas y cagadas del pasado, para darle un amable y cordial aspecto de cándidos recuerdos a nuestra hoja de vida. Recuerdos, mente, tiempo.

Entonces me pregunto, ¿por qué malgasto este valioso tiempo, en escribir la maldita añoranza que siento de "aquellos tiempos que no volverán", si sé que cuando recuerde estos años, no me acordaré lo depre que anduve por tonteras que en ese entonces no lo eran? Ahora no odio el tiempo, odio la mente y los malditas serotoninas que no me dejan estar de buen ánimo hoy.

"Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana, y de la primera no estoy seguro", dijo el viejo pelao que sacó la lengua y descubrió la teoría de la relatividad entre otras yerbas. Sabio aquel...