El frustrado sueño de una noche de verano (*)

Eran las diez y media de la mañana del miércoles 11 de febrero de 1998. V. se encontraba en la esquina de las avenidas Grecia con Pedro de Valdivia, y esperaba a J., un amigo que llegó más de media hora atrasado de la hora prevista entre ellos. En esas circunstancias no importaba demasiado, pues las puertas del Estadio Nacional las abrirían recién a las cuatro de la tarde. Habían anunciado 32 grados de temperatura para ese día, pero ni el sol, ni la gente preocupaban a V. Tenía sólo la certeza de que U2 estaba en Chile y en ese mismo instante respiraban el mismo aire que ella.

La gira del grupo, llamada PopMart contemplaba por primera, y hasta ahora única vez, Sudamérica. Era la oportunidad que tanto habían deseado los fanáticos de la banda.
“No podía creer lo que estaba sucediendo, en unas horas más tocaría U2, los había esperado tantos años y me había imaginado tanto tiempo ese momento”, cuenta mientras mira hacia el cielo con una sonrisa. “Pero, a pesar de todo, sentía que no lo estaba disfrutando como quisiera porque parece que cuando sueñas mucho con algo, al momento de alcanzarlo se esfuma, se va el momento sin darte cuenta”, dice mientras encoge los hombros.

Además de J, V. sabía que iría y vería a C. En ese entonces, ellas estaban peleadas y sabía que ese día su amiga haría lo imposible para molestarla. Se volvieron a unir por un solo motivo: ir al concierto y quedaron de verse adentro. Ella no sabía cómo si había más de 50 mil personas, pero de todas formas le dijo que se juntaran allá.

Junto a ellos, había una fila de por lo menos cien personas que con sombreros trataban de taparse del sol, que ya a esas alturas se sentía intenso. Arriba de las micros, la gente vestía poleras de U2, e impacientes miraban hacia fuera. En el avance de noticias del medio día habían anunciado que el Estadio Nacional colapsaba.

A las cuatro de la tarde se abrieron las puertas del estadio y el tumulto de gente gritaba que avanzaran rápido. Como una estampida, la gente pasaba por un casi inexistente control de seguridad. Sólo preguntaban el contenido de los bolsos sin siquiera hacer amagues de revisar alguno. Luego de este “trámite”, los asistentes corrían rápidamente por los pasillos del lugar para alcanzar la mejor ubicación.

La espera era interminable y desde la tribuna podía verse una lluvia de botellas plásticas que cruzaban al mar de gente ubicada en el sector de la cancha. Desde allí se podía apreciar la espectacular escenografía: el limón y la aceituna, la pantalla y un arco del signo de Mc Donalds. A pesar de las indicaciones de seguridad, hubo gente que ingresó con cámaras fotográficas. V. llevaba una bajo su ropa.

En su mente sólo pasaba la idea de estar lo más cerca posible de la banda y de Bono, el vocalista de U2. En la cancha cerca del escenario existía el lugar ideal, pero restringido a personas VIP o que tuvieran una pulsera naranja en su mano. Allí existía un contingente mayor de seguridad y su amiga C, era la afortunada que llevaba el codiciado objeto.

“Yo miraba con envidia y trataba de ingeniármelas de cómo llegar allá. Lo que más me molestaba era ver cómo C. se paseaba con la pulsera desde el otro lado de la reja. Yo le hacía señas para que me la tirara, pero se hacía la sorda. Menos mal que J. les habló a los guardias para que se consiguieran pulseras a cambio de algunas monedas y ellos milagrosamente aceptaron”,cuenta.

Las horas pasaron rápidamente y el tiempo alcanzó justo para que los tres pudieran estar en la zona VIP y de paso respirar un poco, cuando de improviso las luces del estadio se apagaron y el grito enfervorizado de los fanáticos resonó en él. En la enorme pantalla se proyectó con letras rojas “Pop” y la canción Pop Muzik comenzó a sonar fuerte, mientras la noche cubría la ciudad.
“Los pelos se me paralizaron y comencé a saltar. Ahí estaba, después de haberlo soñado tanto tiempo, U2, Bono vestido con una capa azul de boxeador, el escenario, la música y una energía inigualable”, dice con voz fuerte y una sonrisa permanente en su cara.

En ese instante, el cantante gritaba: “La Roja”, aludiendo al triunfo que la selección chilena de fútbol había obtenido esa misma tarde frente a los ingleses, en el Estadio de Wembley. Cantaba y saltaba de un lado a otro, mientras emulaba los movimientos de un boxeador, empuñando los brazos y lanzando golpes al aire.

Las canciones pasaban, y V. seguía embobada, tratando de pensar en cómo lograr alcanzar a Bono y al mismo tiempo sacar las máximas fotografías para eternizar el momento. Pero algo sucedió.
Mientras cantaba “With or Without You”, Bono caminaba lentamente, y observaba cuidadosamente cada rostro del público. Sólo metros la separaban del cantante y para ella era el preciso momento de gloria que siempre soñó. La oportunidad había llegado.
“Estuvo a centímetros mío y a pesar de que llevaba unos lentes oscuros puestos, con la luz del reflejo pude ver que sonrío mientras lo miraba”, asegura. Hace una pausa y cambia el gesto. “Pero se me ocurrió sacar la cámara en el momento menos indicado y bueno, pasó lo que pasó”, dice resignada.

Sucedió que cuando Bono indicó a una persona para que los guardias la subieran al escenario, la mano se dirigía hacia el sector donde estaba V. Ellos ya estaban cerca, pero por algún motivo que nunca logrará saber, ayudaron a una chica desconocida que estaba justo al lado de ella, a pasar por arriba de la reja de protección. Otra fanática pudo acurrucar a Bono y darle un beso. Otra fue la que cumplió el sueño de V.

“El que mucho abarca poco aprieta, dicen por ahí”, bromea y al mismo tiempo muestra las fotografías que registraron ese instante. Ella no se arrepiente de haber estado sacando fotos en ese momento. Cree que en la vida siempre hay segundas oportunidades. “Como dice la canción, estuve tan lejos y tan cerca”, dice aludiendo a la canción de U2, “Stay, (Faraway, So Close)”. Cerca de un sueño, que se cumplió a sólo a medias.




(*) Los nombres han sido suprimidos para proteger a los pobres inocentes aquellos.... Escrito hace un tiempo.
Cobra más sentido a cada paso de las horas....



Give me one more chance
And you'll be SATISFIED...................................................

Even Better Than The Real Thing- U2